Saber si el café molido caduca o si es mejor
conservarlo en grano son dudas recurrentes a la hora de montar un negocio de
restauración.
La caducidad de la
materia prima es una cuestión clave en cualquier proyecto de hostelería. Siendo
así resulta más que interesante tener claro que la afirmación de que el café molido caduca no es del todo
exacta, como tampoco lo es que le pase lo mismo al café en grano. Todo buen
barista o aspirante a convertirse en ello tiene que conocer las claves para
responder a las grandes preguntas del sector: ¿cuánto dura el café en grano? El café molido ¿caduca? En Nestlé Professional te ayudamos con
las respuestas.
Larga vida
al café
Seguro que en más de una
ocasión has escuchado aquello de que el café no caduca y, en cierto modo, es
así. La mayoría de los expertos coinciden al señalar que, más que de una fecha
de caducidad, hay que hablar de una fecha de consumo preferente que suele
rondar los doce meses. Sin embargo, su durabilidad está ligada a cuestiones
como el empaquetado o la forma de conservación. Por tanto, decir que el café molido caduca no es del todo fiel
a la realidad. Lo que sucede es que pierde propiedades.
¿Cómo
conservar el café para que dure más?
La mejor manera de conservar el café es almacenarlo en grano en un recipiente hermético, en un lugar fresco y oscuro,
a temperatura ambiente. El envase hermético protege los granos de la exposición
al aire, evitando la oxidación y la pérdida de frescura. Guardarlo en la nevera
es una opción, aunque es importante saber que la humedad y la luz también
afectan negativamente al café, por lo que un exceso de refrigeración tampoco es
ideal.
Si hablamos de si el café molido caduca de nuevo la
conservación es clave. Además, el acto de moler ya altera sus propiedades por
lo que se oxida más rápidamente, perdiendo sabor y aroma. Como ocurre con la
versión en grano, lo ideal es guardarlo en un recipiente hermético y opaco,
lejos de la luz y la humedad.
La oxidación es su
principal enemigo, así que es importante evitar la exposición al aire y,
siempre que sea posible, molerlo cuando vaya a ser consumido. Generalmente
conserva su frescura durante una a dos semanas después de abrirlo, un tiempo
que puede variar según la calidad del
café y las condiciones de almacenamiento. Después de este período, el sabor
y aroma pueden deteriorarse. Aunque el
café molido no caduca en el sentido tradicional, su calidad disminuirá con
el tiempo.
De hecho, no hay tipos de
café que duren más que otros. Simplemente tienen diferentes sabores, aromas y
calidades. El grano de café arábica, por ejemplo, tiene un gusto y aroma suaves
y agradables que, sumados a su poca cafeína -en contraste con el robusta- lo
convierten en un café de alta calidad.
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