La cata de cerveza es el conjunto de técnicas que utilizamos para valorar las características organolépticas que somos capaces de detectar. No pretendemos elaborar un exhaustivo manual de cata profesional ni unas normas sobre concursos, simplemente proveer de una guía que permita iniciarse en el mundo de la evaluación sensorial de la cerveza.
Cómo hacer una cata de cerveza
LugarA la hora de prepara una cata, salvo que se indique lo contrario, informal, hay que tener en cuenta una serie de requisitos. El primero de ellos es el lugar: ha de permitirnos una correcta ventilación previa, estar bien iluminado (preferiblemente luz blanca) y disponer de una superficie blanca sobre la que ver la cerveza. Las catas profesionales se realizaran en salas de cata o lugares habilitados como tales.
Cristalería
Los recipientes que utilizaremos pueden ser variados, aunque lo ideal sea un catavinos o copa similar con ligero cierre en la boca. Para una cata profesional depende de los requisitos e intereses de la organización (copas cerradas para fijar aromas, opacas para evitar influencia del color, etc).
Cantidad de cervezas
Nos falta lo importante: la cerveza, ¿cuántas y cómo?. Las muestras han catarse a la temperatura de servicio normal (no heladas, costumbre del país), aunque algunos compuestos volátiles se aprecian mejor a medida que las muestras cogen temperatura.
La decisión de cuántas cervezas se utilizarán es muy importante. En una cata informal, en la que la cantidad de líquido que se bebe es mayor y los participantes no están entrenados, un buen número de muestras es seis (muestras, no cervezas, aproximadamente 8-10 cl). En un panel de cata profesional el número puede ser mucho mayor. La importancia de la limitación de muestras se debe a la aparición de la "fatiga del catador" o "fatiga sensorial", es decir, una disminución de nuestra capacidad de percepción por el agotamiento de nuestros órganos de los sentidos.
Participantes de la cata
Si ya tenemos un grupo de gente dispuestos a emprender una sesión de cata hemos de fijar una hora. Es poco probable que junto a unos amigos (lo importante es divertirse) la reunión se haga en torno a las 11 de la mañana (la hora en que tenemos los sentidos en mejor estado, si nos hemos despertado a las 7-9 de la mañana), así que si decidimos hacer la cata en horario de tarde-noche hemos de tener en cuenta que la fatiga sensorial llegará antes.
En esta línea es importante que los participantes acudan en óptimas condiciones, por ello, hay una serie de requisitos indispensables: no fumar unas 4-6 horas previas a la cata si es informal, 24-48 horas para una cata profesional; no usar perfumes; acudir correctamente hidratado (no tener sed) y procurar no haber ingerido alimentos fuertes o cuyas características sea muy persistentes (que “repitan”).
Las cervezas
Con todo listo únicamente nos falta seleccionar el tipo de muestra y el orden durante la cata. Qué cervezas escogemos dependerá del objetivo de la cata: desde la cata de diferentes estilos (con afán didáctico en un curso o reunión de amigos), una cata vertical (en el tiempo) de diferentes producciones de la misma cerveza (por ejemplo, diferentes años de una lámbic) o una cata horizontal (diferentes variaciones sobre un estilo o una cerveza concreta, por ejemplo, varias stout o añejados en diferentes maderas).
El orden de prueba ha de ser de menor a mayor impacto sensorial. Las características que más pueden enmascarar la apreciación de las siguientes muestras son la acidez, elevado amargor o la presencia (en sensación, no en valores absolutos) de alcohol. Por ejemplo cataremos una pilsen antes que una witbier, una doppelbock después de una weizen, aunque antes de una weizenbock o dunkel weiken. Utilizandos ejemplos concretos: Cantillon Gueuze, dada su acidez irá tras una Rochefort 10, aunque antes, si se trata de Cantillon Iris (Unblended lambic). Las cervezas mas extremas: imperial stout, IPA muy lupulizadas, lambic muy ácidas, etc, siempre al final. Entre muestras, lo mejor para limpiar la boca es agua, importante, a temperatura ambiente. Finalizada la cata de todas las cervezas, podremos volver sobre las que deseemos, siempre en el orden original.
Cualidades de la cerveza a tener en cuenta en la cata
Aspecto de la cervezaLo más llamativo del aspecto de la cerveza es su color (que nos indica cómo de tostado está el cereal o, en casos muy concretos, el uso de frutas en su composición). No existe una categorización estándar de los colores y se describen en comparación a una escala derivada de los valores en grados Lovibond (y a su vez en las escalas SRM o EBC)*. La que propongo es la que utiliza Randy Mosher en su libro Tasting Beer derivada de la escala SRM* cuyas categorías van del pajizo pálido al negro pasando por dorado, ámbar y marrón. Con esta escala podemos categorizar casi todas las cervezas, a excepción de algunas de colores rojizos, lambic o wild ale, en su mayoría.
Acompañando al color hemos de notar si la cerveza es de aspecto brillante o apagado, si es turbia o transparente y la presencia o ausencia de restos sólidos (generalmente levadura) en la cerveza. Las dos últimas dicotomías nos proveerán información sobre el filtrado de la cerveza. Las cervezas no filtradas rara vez son transparentes.
Espuma
Además del color, otro aspecto característico de la cerveza es su espuma (no todas las cervezas tienen), en ella hemos de valorar su cantidad, apariencia (en cuanto a densidad y color) y persistencia (duración en el tiempo). Hemos de tener en cuenta que la cerveza de barril no tiene que coincidir con las características de la cerveza embotellada, los grifos tiene una posición de tiraje de espuma así como un sistema de inyección de dióxido de carbónico. Nada que decir de las cervezas que añaden nitrógeno para obtener una espuma más cremosa (por ejemplo Guinness). Otra característica reseñable con respecto a la espuma es la presencia de “encaje belga” (belgian lace), que no es otra cosa que los restos dejados por la espuma a modo de red durante el consumo.
En algunas cervezas se puede observar la ascensión de burbujas desde el fondo de la copa a la superficie (como en el cava, aunque a niveles reducidos), observaremos el tamaño de las burbujas y su regularidad.
Finalizada la valoración visual comenzaremos la valoración del aroma, aunque eso queda para el número siguiente.
Sensación en boca
Es la primera valoración que hacemos de la cerveza dentro de nuestra cavidad bucal. A la densidad que percibimos en la boca (dependiente de la cantidad de azúcar, proteínas, etc.) la llamamos cuerpo y la detectamos mediante movimientos de la lengua arriba y abajo. Así tendremos cervezas de cuerpo pleno (o gran cuerpo) a cuerpo ligero. Existe una medida de la densidad relacionada con la cantidad de azúcar conocida como gravedad. Además podemos percibir la carbonatación de la cerveza: una cerveza con mucho gas producirá una sensación de cosquilleo o picor.
Sabor
Es, junto al aroma, lo más categórico de una cerveza. Por ello la manera de sistematizar sus cualidades es similar. Deberemos buscar en el sabor las cualidades que antes analizamos en nariz. Además caracterizaremos los niveles de los cuatro (seis en realidad) sabores fundamentales: ácido, dulce, amargo y salado (rara vez). El amargor es una de las cualidades fundamentales de la cerveza y, cómo no, también es evaluada de manera científica.
Una vez que hemos tragado la cerveza captaremos su final, es decir la persistencia de los sabores, su presencia en el retrogusto (expeliendo aire) y la sensación que de éstos queda. Ésta puede ser principalmente ácida, dulce o seca (estas dos últimas cualidades son excluyentes y relacionadas con la cantidad de azúcares). Es característico el retrogusto a madera de algunas stout, el amargor de las IPA o la acidez de las cervezas lambic. También durante la fase de valoración del sabor, tanto en la inicial como en el final, valoraremos la presencia de alcohol, como sabor o como sensación de calor (pruébalo en una bock).
Para terminar la cata podemos apuntar aquellas cualidades que no encajan en los apartados anteriores mediante una impresión general. Aquí haremos una valoración conjunta y más subjetiva de la cerveza: qué es lo que en ella predomina; si es cremosa, refrescante, ligera, fuerte; su complejidad, simpleza; su adecuación al estilo al que se adscribe; etc.
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