A la hora de establecer qué países o regiones tienden a beber más alcohol que los demás, solemos tirar de tópicos y clichés. "Rusia, por supuesto", es la respuesta habitual a la pregunta "qué país bebe más alcohol en el mundo?". Los países escandinavos, Finlandia a la cabeza, también suelen ser caracterizados como los más aficionados a la bebida. Y sin embargo, la realidad es distinta: ninguno de ellos encabeza la lista de los países más bebedores del planeta.
En este artículo que encontramos en Internet, tenemos el top diez de
los 10 países que beben más alcohol, de este ranking se desprende que Lituania es el país que bebe más alcohol en el mundo.
Y tras Lituania, Austria. Y poco después, República Checa. Y no muy lejos, Francia. Lo cierto es que el último informe de la OECD contribuye a derrumbar algunos mitos en relación a la nacionalidad y el alcohol. Se puede consultar aquí. España se ubica en una cómoda posición a mitad de tabla, entre Australia, nación conocida en el mundo anglosajón por su afición a la mala cerveza, y Bélgica, nación conocida por su afición a la buena cerveza. El estudio sólo afecta a países dentro de la OECD, de modo que deja fuera a ilustres consumidores de la bebida como Bielorrusia o Moldavia.
Los puestos de honor están poblados de países de distinto calado. Y aunque hay cierto patrón (cuanto más al este del continente, más probabilidades de consumir alcohol), sus hábitos son variados. Desde la confraternización cervecera un mes de octubre cualquiera hasta la soledad deprimente de la vida en el crudo invierno del norte de Europa, hemos encontrado la información de cuáles son las bebidas más frecuentemente consumidas por los países que más alcohol beben.
Antes, eso sí, veamos en un gráfico de The Independent cuál es el ránking de los países que beben más alchol.
Los 10 países que beben más alcohol
1. Lituania
La relación histórica de los lituanos y el consumo del alcohol es tan antigua como la propia concepción de Lituania. En un principio, la corte lituana, antaño poderosa y refinada, optaba por el
vino como signo de distinción. Su elevado precio impulsó el consumo de otras bebidas más baratas y fáciles de producir. Surgieron la cerveza y el
vodka como alternativas, y se han mantenido al frente de las preferencias de los lituanos hasta hoy. Pese a que la
cerveza es más consumida en términos globales, la bebida estrella del país es el vodka, capaz de disputar su hegemonía.
2. Austria
Pese a no contar con la fama mundial de sus vecinos del norte, los austriacos superan con mucho el consumo de alcohol medio de los alemanes. Católicos y germanoparlantes, los paralelismos con Baviera, estado conocido por su tradicional fiesta cervecera de octubre, son evidentes: más del 50% del alcohol consumido masivamente por los buenos austriacos es cerveza. Le sigue el vino a una distancia prudencial, y las bebidas espirituosas aún más lejos.
3. Estonia
Al igual que en Lituania, cualquier dato sobre el consumo de alcohol en Estonia se ha de tomar con cautela. El comercio y la producción ilegal, especialmente de vodka barato, es frecuente. Sin embargo, desde la independencia del país y la liberalización del negocio de las bebidas espirituosas, su crecimiento ha sido claro. Antaño líder indiscutible en Estonia, el vodka se ha visto relegado a un segundo plano por culpa del crecimiento del mercado de la cerveza (destaca la artesanal). El país parece dejar de beber para emborracharse y comenzar a hacerlo por puro placer.
4. República Checa
Pese a que el país es incluido de forma sorprendente en el cinturón del vino, lo cierto es que es la cerveza, como habrá podido comprobar cualquier visitante del país, la reina del mercado checo. Más del 50% del consumo de alcohol del país lo protagonizan las distintas variedades de cervezas locales e internacionales bebidas a lo largo y ancho de la República Checa. Hay una infinidad de excelentes variedades locales, y la historia de la producción de cerveza checa se remonta al periodo medieval. Un pequeño paraíso para todo el amante de tan soberbio brebaje, así como para los propios checos.
5. Rusia
"Drunk Russian" es una de las búsquedas más precisas de YouTube. Ambas palabras llevan a una infinidad de vídeos en las que observamos a auténticos titanes eslavos realizar toda clase de animaladas, en ocasiones muy divertidas, bajo los efectos del alcohol. La relación entre Rusia y su alcoholismo es célebre por doquier, y se centra en el vodka, exquisito licor nacional de antiquísima producción. Los rusos beben mucho. Tanto que es uno de los problemas históricos del país.
De forma reciente, Dmitry Medvedev trató de reducir el consumo de sus ciudadanos doblando el precio de la botella de vodka. Con anterioridad, fueron las primitivas autoridades soviéticas las que trataron de hacerlo. Sus éxitos fueron relativos. La producción casera es frecuente, aunque su calidad sea ínfima y cause serios problemas de salud a sus consumidores. Es difícil cuantificar oficialmente cuánto y qué se bebe, pero todo apunta a que las bebidas espirituosas, con el omnipresente vodka a la cabeza, representan alrededor del 50% del consumo total del país.
6. Hungría
El caso de Hungría es uno de los más singulares dentro del orbe europeo. El país no es eslavo, de modo que su relación con el vodka y otras bebidas espirituosas no es predominante. Por entorno geográfico y condiciones meteorológicas, debería entrar dentro del cinturón de la cerveza, pero su consumo sólo representa el 36% del total. De hecho, a los húngaros les encanta el vino, tanto que llega a igualar el mucho amor que el país profesa por los otros dos grupos de alcoholes. Cuenta con muy sorprendentes licores locales, como el pálinka, de alta popularidad.
7. Francia
Y llegamos al único país mediterráneo que ha entrado en el top ten de la OECD. Francia es vino. No sólo produce algunos de los mejores caldos del mundo, sino que también los bebe con efusividad. El 56% del alcohol bebido en el país se produce en viñedos, aunque el volumen total ha descendido de forma progresiva en los últimos veinte años. Lejos quedan las espirituosas y, más lejos aún, la cerveza, una vulgaridad indigna de la grandeur francesa.
8. Luxemburgo
Antaño campeón europeo del consumo de alcohol, Luxemburgo se ha moderado durante los últimos años, pero continúa engrosando la parte alta de la lista de la OECD. ¿Por qué? Los motivos quizá debamos buscarlos en su posición intermedia entre la cultura del vino, mediterránea y cálida, y la de la cerveza, germánica y centroeuropea. El ducado, mezcla de ambos, se decanta antes por el vino (43%) que por la cerveza (36%), pero la brecha es pequeña. Lejos aparecen las bebidas espirituosas (21%). La cerveza, por cierto, ha ido ganando terreno en una sociedad tradicionalmente vinera.
9. Alemania
Cerveza, cerveza, cerveza y más cerveza. No se podía esperar otra cosa del país que creó la venerable tradición de la Oktoberfest y que imprime su marchamo de calidad a numerosas cervezas tradicionales exportadas por todo el mundo. Alemania bebe ante todo muchísima cerveza (el 54% del consumo total le corresponde), y el país ha quedado asociado de forma indeleble a tan universal líquido. El consumo se mantiene estable, y aunque el vino ha superado de forma reciente a las bebidas espirituosas, nada tiene que hacer ante la constelación de maravillas cerveceras nacionales.
10. Polonia
Y volvemos al cinturón del vodka, vencedor de la contienda junto al de la cerveza. Polonia se puede incluir en ambos. El país produce históricamente vodkas de excelente calidad, y el 36% del alcohol bebido en el país corresponde a bebidas espirituosas. Sin embargo, la cerveza no se queda en absoluto atrás: de fuerte arraigo tradicional, hoy en día domina el mercado (el 55% del consumo total le corresponde). El vino es un mero exotismo, no llegando ni al 10% del consumo global.
España:
Por último, hagamos una parada en el país que tanto cautiva a los lectores de Tragos y Copas. Pese a que beber alcohol es un acto social y gastronómico asociado a la cultura española, lo cierto es que sus cifras de consumo son algo más moderadas que las de la mayor parte de su entorno. Esta particularidad viene dada por otro motivo: antiguamente era un país que bebía, ante todo, vino; hoy, se ha revertido la ecuación y la cerveza representa el 50% del consumo de alcohol en España. Al contrario que Francia (o Italia, donde el vino es abrumadoramente dominador), España se ha salido del cinturón vinícola.
Fuente: Magnet Xantaka