martes, 9 de enero de 2024

¿El café molido caduca?

¿El café molido caduca?

Saber si el café molido caduca o si es mejor conservarlo en grano son dudas recurrentes a la hora de montar un negocio de restauración.

La caducidad de la materia prima es una cuestión clave en cualquier proyecto de hostelería. Siendo así resulta más que interesante tener claro que la afirmación de que el café molido caduca no es del todo exacta, como tampoco lo es que le pase lo mismo al café en grano. Todo buen barista o aspirante a convertirse en ello tiene que conocer las claves para responder a las grandes preguntas del sector: ¿cuánto dura el café en grano? El café molido ¿caduca? En Nestlé Professional te ayudamos con las respuestas.

Larga vida al café

Seguro que en más de una ocasión has escuchado aquello de que el café no caduca y, en cierto modo, es así. La mayoría de los expertos coinciden al señalar que, más que de una fecha de caducidad, hay que hablar de una fecha de consumo preferente que suele rondar los doce meses. Sin embargo, su durabilidad está ligada a cuestiones como el empaquetado o la forma de conservación. Por tanto, decir que el café molido caduca no es del todo fiel a la realidad. Lo que sucede es que pierde propiedades.

¿Cómo conservar el café para que dure más?

La mejor manera de conservar el café es almacenarlo en grano en un recipiente hermético, en un lugar fresco y oscuro, a temperatura ambiente. El envase hermético protege los granos de la exposición al aire, evitando la oxidación y la pérdida de frescura. Guardarlo en la nevera es una opción, aunque es importante saber que la humedad y la luz también afectan negativamente al café, por lo que un exceso de refrigeración tampoco es ideal.

Si hablamos de si el café molido caduca de nuevo la conservación es clave. Además, el acto de moler ya altera sus propiedades por lo que se oxida más rápidamente, perdiendo sabor y aroma. Como ocurre con la versión en grano, lo ideal es guardarlo en un recipiente hermético y opaco, lejos de la luz y la humedad.

La oxidación es su principal enemigo, así que es importante evitar la exposición al aire y, siempre que sea posible, molerlo cuando vaya a ser consumido. Generalmente conserva su frescura durante una a dos semanas después de abrirlo, un tiempo que puede variar según la calidad del café y las condiciones de almacenamiento. Después de este período, el sabor y aroma pueden deteriorarse. Aunque el café molido no caduca en el sentido tradicional, su calidad disminuirá con el tiempo. 

De hecho, no hay tipos de café que duren más que otros. Simplemente tienen diferentes sabores, aromas y calidades. El grano de café arábica, por ejemplo, tiene un gusto y aroma suaves y agradables que, sumados a su poca cafeína -en contraste con el robusta- lo convierten en un café de alta calidad.

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